
En una noche de año nuevo,
ante el regocijo y la algarabía de este mundo,
en presencia de abrazos y esperanzas,
de ilusiones y olvido,
te vi palidecer y morir.
Observe tu luz apagarse ante mis ojos,
tu palpitar rubí y su extinción
y sentí opacarte en mi interior,
y temí.
Temí al vislumbrar el futuro,
al contemplar aquella epifanía.
Me he adelantado al futuro,
he triunfado ante la fatalidad
e imprimí libre albedrío al sino.
Y he visto nuevamente,
te he visto caer Lucifer,
cual esmeralda reluciente.
¿Tornaras amargas todas las aguas?
¿Eres el augurio de su caída
ó traes esperanzas y vientos de cambio?
¡Como te revuelcas en mi interior!
¡Como conmueves mi espíritu afligido!
Permíteme sumergirme en tu manantial
de diáfanas aguas cristalinas,
de ilusiones, esperanzas y utopías.
Limpia mis amargas heridas,
mis densos grilletes
y ayúdame a contemplar y ceder,
a amar sin necesitar,
a liberarme de mi libertad esclava,
de modo que pueda crear y amar,
engendrar felicidad ante un futuro incierto,
iluminar tu camino en un nebuloso crepúsculo
y verte feliz nuevamente.
Verte sonreír ante la dificultad,
disfrutar de tu gozo ante aquellas nimias cosas,
que tanto contrarían el sentir en un presente y eterno pasado,
pero que alguna vez,
fueron tan solo polillas ilusionadas ante la luz de la ciudad,
¡¡cegándose!!
Sin hacerse concientes
de estar en presencia de la luna en su interior.
Polilla…. SOLVE. Disolutiooo!!!